Juan Suárez Oviedo: la voz que no se calló y el legado que no muere

PERIODISTAS EN RED /Desde Artigas Eduardo Mérica para FMFUTBOL.

Hay muertes que duelen más porque llegan cuando todavía la palabra estaba viva. Cuando la memoria estaba lúcida. Cuando el compromiso seguía intacto. La de Juan Suárez Oviedo es una de ellas. Se fue en Artigas, su ciudad, a los 85 años, pero dejó algo que no conoce de despedidas: una huella profunda en el deporte, en el periodismo y en la ética del interior del Uruguay.

Juan no fue solamente un periodista. Fue un referente moral, un dirigente con memoria, un comunicador que entendió el oficio como un servicio y un vecino que jamás se escondió detrás de los cargos. Por eso su muerte no es solo una noticia: es un acontecimiento que obliga a detenerse, mirar hacia atrás y entender cuánto le debe el fútbol del interior y el periodismo uruguayo a hombres como él.

«Decir la verdad desde Artigas: la lección eterna de Juan Suárez Oviedo» (Eduardo Mérica desde la Redacción de Diario Uruguay)

El dirigente que sabía y decía

En tiempos donde muchos prefieren el silencio cómodo, Juan Suárez Oviedo fue uno de los pocos dirigentes de la Organización del Fútbol del Interior (OFI) que se animó a desnudar lo que fue la presidencia del Dr. Gabriel Rodríguez Chiappini, con argumentos, conocimiento y valentía. No hablaba desde la bronca ni desde la especulación: hablaba desde los estatutos, los reglamentos y la historia viva que conocía como pocos.

Fue Consejero de OFI, Presidente del Ejecutivo de la Liga de Fútbol de Artigas, delegado de Peñarol y de varias Selecciones de Artigas. Su nombre aparecía siempre cuando había un problema difícil de resolver. Porque Juan era eso: el “solucionador”, el hombre del “dejame ver cómo lo sacamos”, el que nunca decía “no se puede” sin antes haberlo intentado todo.

Felizmente se le realizó el homenaje. Hoy voló al cielo dejando un vacío enorme» (mensaje de su hijo el periodista Monty Suárez a Periodistas en Red Asociados)

La voz del deporte

En la comunicación dejó una marca imborrable. Integró equipos deportivos de radio y televisión locales y fue, sin exagerar, uno de los mejores relatores y comentaristas de ciclismo que dio el interior del Uruguay. Su voz era serena, clara, respetuosa. Nunca gritó para imponerse ni necesitó exagerar para emocionar. Entendía que el protagonista era el deportista, no el micrófono.

El ciclismo fue una de sus grandes pasiones. Fue uno de los creadores de las 500 Millas del Norte, una prueba emblemática nacida de su visión y amor por el deporte, que hoy es orgullo de toda la región. Cada pedalada de esa carrera lleva algo de Juan: sacrificio, constancia y pertenencia.

El hombre detrás del periodista

Pero quizá lo más grande de Juan Suárez Oviedo no estuvo en los cargos ni en los micrófonos, sino en lo cotidiano. En ese Artigas que ya empezó a recordarlo con miles de anécdotas. El Juan rodeado de animales, el del taller, el que dejaba un traje o un vestido de 20 años “como nuevo”. El vecino al que todos recurrían. El querido “Juancito”.

Porque Juan fue, ante todo, un gran tipo. Cercano, humilde, generoso. Un caballero del deporte y de la vida.

«Juan Suárez Oviedo: el periodista que eligió ser útil antes que famoso». (Eduardo Mérica desde la Redacción de Diario Uruguay)

El reconocimiento en vida

Hace apenas días, Periodistas en Red Asociados tuvo el honor de homenajearlo en vida e ingresarlo al Salón de la Verdad del Periodismo del Interior del Uruguay. Un reconocimiento que hoy adquiere un valor aún mayor. Juan quiso agradecerlo personalmente. Lo hizo como vivió: con palabras simples, sinceras y profundas.

Sus últimas palabras, enviadas por WhatsApp a través de su hijo —el también periodista Monty Suárez, que ofició de nexo—, quedaron guardadas en nuestro grabador. Son palabras que no serán olvidadas. Porque cuando un hombre agradece un reconocimiento con emoción genuina, está dejando una lección final: la dignidad también se hereda.

Un legado que permanece

La comunidad periodística del interior despide hoy a un hombre que buscó la verdad sin estridencias, que respetó a sus oyentes y que enseñó con el ejemplo. Su voz se apaga, pero sus crónicas, su coherencia y su ética quedan como guía para las nuevas generaciones.

Juan Suárez Oviedo ya no está físicamente. Pero sigue presente en cada cancha del interior, en cada carrera ciclística del norte, en cada discusión honesta sobre fútbol y en cada periodista que entiende que este oficio no es para servirse, sino para servir.

Se fue un referente.
Quedó un legado.
Y eso, en tiempos de tanto ruido vacío, no es poco: es inmenso.

Juan Suárez Oviedo, presente.
Periodistas en Red Asociados – QEPD.