Noticias

En el año 1843, Samuel Lafone compraba la Isla de Gorriti por la insólita suma de 1500 pesos

El 13 de junio de 1843, en Montevideo, se emitió la resolución que aprobaba la transacción en todos sus términos.

Fue un día como hoy de 1843, recuerda don Carlos Seijo, Samuel Lafone entregaba la suma de 1500 pesos de plata, al escribano de gobierno Ambrosio Mitre –padre de Bartolomé Mitre- por la compra de la Isla de Gorriti, uno de los mayores negocios inmobiliarios de la historia de nuestro departamento. Según “Punta del Este, su historia socio jurídica” del escribano Maximiliano Montañéz Honoré por los mismos días de 1843, el mismo comprador había pactado la compra de la península por 4500 pesos de plata. En este caso, el mayor negocio inmobiliario de la historia del departamento. En el contexto histórico de la década de 1840, Uruguay atravesaba un período de conflictos internos y externos, particularmente durante el sitio de Montevideo, conocido como la Guerra Grande (1839-1851). En este escenario, el Gobierno de la Defensa, establecido en Montevideo, enfrentaba serias dificultades económicas para sostener su administración y la defensa militar. Fue en este marco que se concretó la venta de la Isla de Gorriti, un episodio que refleja las necesidades financieras del gobierno y las dinámicas de negociación de la época.

 

En la edición “Punta del Este, su historia socio jurídica” del escribano Maximiliano Montañéz Honoré por los mismos días de 1843, el mismo comprador había pactado la compra de la península por 4500 pesos de plata»

 

 

Transacción
Esta nota detalla la transacción, basada en los documentos históricos disponibles, particularmente los registros de la Escribanía de Gobierno y Hacienda de 1843. A mediados de 1843, Samuel Lafone, actuando como comisionado de su hermano Alejandro R. Lafone, presentó una propuesta formal al Gobierno de la Defensa para adquirir la Isla de Gorriti, ubicada estratégicamente frente a la bahía de Maldonado. La oferta, registrada en el documento número 34 de la Escribanía de Gobierno y Hacienda, establecía condiciones claras y precisas. Lafone ofrecía la suma de mil quinientos pesos plata, pagaderos al contado, por la totalidad de la isla. La compra se realizaría a perpetuidad, es decir, para él, sus herederos y sucesores, sin limitaciones temporales. Este monto, aunque modesto para los estándares actuales, representaba una inyección de liquidez significativa para el gobierno, que necesitaba recursos urgentes para financiar sus operaciones.

La propuesta incluía una única condición o servidumbre: el Gobierno de la Defensa se reservaba el derecho de establecer en la isla, cuando lo considerase necesario, baterías defensivas y cuarteles para la tropa destinada a su protección. Este punto era crucial, dado el valor estratégico de Gorriti en la defensa costera de la región, especialmente en un contexto de tensiones bélicas. Para ejercer este derecho, el gobierno solo debía notificar previamente al propietario, sin necesidad de trámites adicionales. Además, la venta se realizaría libre de todo gravamen o censo, asegurando al comprador una propiedad sin cargas fiscales o legales adicionales. El Gobierno de la Defensa, consciente de la oportunidad económica y de la viabilidad de la propuesta, no dudó en aceptarla.

Aprobado
El 13 de junio de 1843, en Montevideo, se emitió la resolución que aprobaba la transacción en todos sus términos. El documento, firmado por Suárez Muñoz, ordenaba recibir el pago en la tesorería, registrar la operación en las oficinas correspondientes y proceder a la escrituración definitiva. La celeridad en la aprobación refleja la urgencia financiera del gobierno y la confianza en que la venta no comprometía los intereses estratégicos del Estado, gracias a la cláusula de servidumbre militar. Diez días después, el 23 de junio de 1843, el tesorero Ambrosio Mitre confirmó la recepción de los mil quinientos pesos plata, según consta en los registros de la tesorería. El escribano de la Escribanía de Gobierno y Hacienda dio fe de la operación, formalizando el cargo correspondiente en los libros contables. Este acto administrativo cerró la transacción, consolidando la transferencia de la Isla de Gorriti a Alejandro R. Lafone y sus sucesores, bajo las condiciones estipuladas. La venta de la Isla de Gorriti es un ejemplo ilustrativo de cómo los gobiernos de la época recurrían a la enajenación de bienes públicos para paliar crisis económicas. Aunque la isla no era un activo de gran extensión, su ubicación estratégica la convertía en un punto de interés tanto para el gobierno como para privados. La negociación con Lafone demuestra un equilibrio entre las necesidades inmediatas de financiación y la preservación de los intereses defensivos del Estado. Además, el hecho de que la transacción se documentara minuciosamente en la Escribanía de Gobierno y Hacienda refleja el esfuerzo del Gobierno de la Defensa por mantener un registro ordenado de sus decisiones, incluso en tiempos de guerra.

Alivio financiero
La venta de la Isla de Gorriti en 1843, por mil quinientos pesos plata, no solo proporcionó al Gobierno de la Defensa un alivio financiero en un momento crítico, sino que también estableció un precedente en la gestión de activos públicos en Uruguay. La operación, liderada por Samuel Lafone en nombre de su hermano y aceptada por el gobierno bajo la administración de Suárez Muñoz y Ambrosio Mitre, es un testimonio de las complejas dinámicas económicas y estratégicas de la época. Este episodio, aunque menor en la escala de los grandes eventos de la Guerra Grande, ofrece una ventana hacia las decisiones administrativas y las prioridades del gobierno montevideano en un contexto de adversidad.

 

 

Fuente: Correo de Punta del Este

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba