A 122 años del Primer encuentro internacional de fútbol en la frontera Rivera Livramento
Debe estar en los anales del fútbol mundial, donde por primera vez un representativo oriental se batió con un brasileño.
La cita fue en el viejo arenal donde treinta años después se construiría el Parque Internacional. La fecha pactada el 24 de junio de 1903, a la hora 15.00, y si bien el comienzo se retrasó un poco, al fin estaban allí, frente a frente el “Tres de Maio” de Livramento, con su indumentaria azul turquesa y cuello blanco, y el improvisado combinado de Rivera, integrado casi en su totalidad por la gurizada de Rivera Chico, con su camisa roja y bolsillo amarillo.
De los short (o pantalones de aquellos tiempos) nada se sabe.
Lo cierto es que una multitud de aficionados al “juego de pelota” (como se le decía) se dieron cita para asistir al primer encuentro internacional de fútbol que se tiene registro en estas latitudes y quizás del mundo; y el resultado fue uno a uno, match arbitrado por los Sres. Juca y Peñaloza, uno en cada tiempo, y sin banderín, pues por aquellos tiempos no se estilaba.
Sobre la integración de los equipos, poco se sabe, sólo que los santanenses eran en su mayoría provenientes de la zona del quinto de infantería y los orientales de la zona de Rivera Chico. El gol brasileño que abrió el tanteador fue convertido por un tal “Vaca” y el de los uruguayos por el “Neca”, un rubio empinado de la zona de Quintas al Norte, y poco más, es lo que hay escrito salvo que el encuentro finalizó antes de lo previsto dado que hubo entredichos entre los deportistas en la cancha, y que se sumaron algunos parciales de ambos equipos (cuando no), así que eso de quilombear el fútbol no es cosa inventada por los barras bravas, contemporáneos, ya viene de lejos, si señó!!!.
Seguro alguien me ha de preguntar por las fuentes que documentan este artículo, pues en verdad son varias, en primer lugar “Rivera en el Ayer» de Aníbal Barrios Pintos, e Historia de Santana do Livramento de Ivo Caggiani, pero también lo Menciona Hipólito Zas Recarey en su “Rivera Fronteriza y Romántica” y le escuché oralmente muchísimas veces en boca de Malevo Iglesias, que se jactaba de ser sobrino del Neca, el autor del único gol de los orientales en aquel añejo atardecer de domingo de 1903.
