Museo

Los días en que el fútbol uruguayo se partió en dos: la fundación de la OFI

Aquí están los orígenes de la Organización del Fútbol del Interior (OFI): cuando el interior escribió su propia historia.

LA OFI REAL/Investigación Eduardo Mérica para FMFUTBOL

La Organización del Fútbol del Interior (OFI) surgió en medio de un creciente conflicto entre las ligas de los departamentos interiores de Uruguay y la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), dominada por los clubes profesionales de Montevideo. En los años 30 y 40 las ligas del interior habían empezado a organizar sus torneos regionales, pero carecían de voz en las instancias nacionales. Según lo que venimos investigando: la OFI fue “un grito de independencia” del interior ante un fútbol uruguayo “consolidado” en la capital.

En 1944 una protesta de la Liga Salteña –reclamando 50 pesos por derechos de pase– fue ignorada por la AUF, lo cual “fue la gota que desbordó el vaso”.
Para apaciguar los ánimos, la AUF creó en 1945 un Consejo del Fútbol del Interior, pero éste tuvo poca autonomía y finalmente su presidente renunció por falta de apoyo. En mayo de 1946 la Liga de Fútbol de Paysandú (presidida por el Dr. Isidoro Leirana) envió una carta al presidente de la AUF, César Batlle Pacheco, expresando “profundo desagrado” por esa renuncia. Cuando el 22 de mayo de 1946 la AUF devolvió la misiva “por improcedente”, y ello desató el espíritu reivindicativo del interior: pocas semanas después se convocó a un congreso para reclamar autonomía.

 

«El fútbol del interior, desamparado, huérfano de apoyo, y librado a sus solas y escasas fuerzas, podrá seguir su ruta cuando se dé cuenta que nada puede esperar de Montevideo»

 

Cronología del conflicto y fundación de la OFI:

1944: la Liga Salteña de Fútbol reclama 50 pesos por un pase, y la Asociación Uruguaya de Fútbol no responde.

Enero 1944: en San José se convoca un congreso de ligas interior para planear acciones colectivas.

1945: la AUF crea un Consejo del Fútbol del Interior sin otorgarle poder real.

16 mayo 1946: El Dr. Isidoro Leirana (Paysandú) dirige una nota a la AUF exigiendo justicia; el 22 de mayo la AUF la rechaza.
.
13-14 julio 1946: Congreso fundacional de la OFI en Montevideo.

El congreso de Montevideo tuvo lugar los días 13 y 14 de julio de 1946 en la Casa del Club de Residentes de San José (sobre la Av. 18 de Julio).  Allí se proclamó la formación de la Organización del Fútbol del Interior (OFI), integrando a todas las ligas departamentales del interior afiliadas a la AUF. Actuó como presidente del congreso el Dr. Isidoro Leirana, líder de Paysandú, y se conformó un Consejo Directivo provisorio. Según la historia oficial, el Dr. Diego Landa fue designado primer presidente de la OFI (julio 1946-julio 1947), el cual tuvo un corto período porque renunció al cargo por padecer una enfermedad mortal.

 

«La inquietud que vive todo el fútbol del interior, no nos llevará a plantear exigencias en tono airado, sino por el contrario, deseamos compartir nuestros anhelos con los dirigentes capitalinos en plena concordia»

Igualmente con el Mayor Omar Porciúncula de vicepresidente de la OFI; otros dirigentes claves provenían de ligas como Tacuarembó, Durazno, Treinta y Tres, Florida y Flores. El objetivo común era “asumir una actitud de carácter colectivo” para que al fútbol del interior “se le reconozcan sus legítimos derechos”.

 

Reacción de la AUF y contexto institucional

La creación de la OFI generó rechazo inicial en la AUF y en los clubes profesionales montevideanos. Para la dirigencia capitalina la OFI representaba “un otro incómodo”, un fútbol “sin glamour ni dinero”.

Inmediatamente después de la fundación, la AUF mantuvo una actitud distante: no autorizó la participación del interior en competencias principales y tardó años en reconocer a la nueva entidad. De hecho, tal como documenta la historiografía oficiosa, la AUF “demoró cinco años” en aceptar formalmente la autonomía de la OFI

Durante esas décadas la OFI navegó bajo “hostilidad” de los clubes capitalinos, organizando sus propios torneos con vocación autónoma. No fue hasta 1951 (oportuna y precariamente) que la AUF aceptó a la OFI como interlocutor, otorgándole una autonomía “próspera” bajo condiciones de carácter revocable.

En este periodo se manifestó el conflicto interior–capital: las ligas rurales impulsaron campeonatos propios (p.ej. Regionales del Litoral) y la OFI se consolidó como representante del fútbol del interior. La AUF, por su parte, seguía gobernando el fútbol uruguayo desde Montevideo. Como hemos señalado reiteradamente: la fundación de la OFI no fue sólo un acto deportivo, sino “un gesto político y cultural”. Diríamos: una afirmación del interior frente al “centralismo montevideano”. En plena posguerra mundial, mientras los equipos montevideanos eran bicampeones mundiales (1930, y futuramente 1950), las ligas del interior clamaban por equidad y participación.

 

Consecuencias a largo plazo

El cisma interior–capital dejó profundas huellas institucionales y deportivas. En lo inmediato, la OFI comenzó a organizar campeonatos propios: el primer Campeonato Nacional de Selecciones del Interior se disputó en 1951 (lo ganó Durazno) y el primer Torneo de Clubes del Interior en 1965, dando espacio a decenas de clubes de todo el país. El conflicto también cristalizó en normas de pases: en 1976 las partes acordaron el “pase con consentimiento” para jugadores del interior, poniendo fin a décadas de tránsitos irregulares hacia clubes capitalinos

A nivel institucional, la OFI creció hasta constituirse en la mayor organización deportiva del país; su jurisdicción abarca hoy los 18 departamentos (excluyendo Montevideo) y agrupa cerca de 760 clubes con más de 120.000 futbolistas registrados

Tras muchos años de reclamaciones, las relaciones con la AUF mejoraron progresivamente. Un hito fue la integración formal de la OFI al gobierno del fútbol nacional: en 2018 la AUF aprobó un nuevo estatuto, impulsado por FIFA, que permitió a la OFI tener voz y voto (un vocal en el Ejecutivo de la AUF y 9 de los 76 votos en el Congreso)

Este reconocimiento prolonga la ruptura original, pues recién en ese momento el fútbol uruguayo asumió oficialmente que “es uno solo” e incluyó al interior en la toma de decisiones.

En suma, la fundación de la OFI en 1946 fue el punto de inflexión para el fútbol interior uruguayo. Gracias a aquella Asamblea en Montevideo, las ligas de provincias lograron crear una estructura autónoma que —durante décadas de disputas con los clubes capitalinos— promovió el desarrollo local del deporte. A la larga, ese “cisma” interior–capital cambió la organización del fútbol nacional: obligó a la AUF a evolucionar hacia un modelo más inclusivo y potenció el crecimiento social y deportivo de clubes en todo el país.

El fútbol uruguayo está lleno de emociones e imágenes de las buenas y de las otras que pueden detener a Uruguay en un instante. Eso fue lo que sucedió exactamente el 14 de julio de 1946, en Montevideo, cuando se llegó a fundar la Organización del Fútbol del Interior. Fueron menos de cuatro minutos que quitaron el aliento, que estremecieron el corazón al entonces presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, don César Batlle Pacheco. Porque por fin, un chacarero llegado de Paysandú había quebrado la barrera del monopolio del fútbol profesional de esa época.

La OFI, recién nacida pasó delante de los atónitos testigos llevada en brazos de el generador de esta hazaña, el Presidente de la Liga Departamental de Fútbol de Paysandú, el Dr. Isidoro Leirana Pombo, como primer tractor que la orientaría en el ambiente chacarero. Esta pasión no es novedosa hoy en 2015, ya que nació otra idea impuesta por la FIFA, para que los principales organismos futboleros, la AUF y la OFI, se unan definitivamente en una sola cosa. Hay que ver quién coloca esa bandera por el fútbol de Uruguay. Y por el infierno, que ello implicará.

 

DERECHO A RECETAR

Antes de imaginar a la OFI, el Dr. Isidoro Leirana, propuso una receta singular a la dirigencia de las Ligas Afiliadas del Fútbol del Interior, afirmando: «El dirigente tiene que proteger su tradicional derecho en el fútbol uruguayo, y procurar que ese derecho sea respetado en su propio hogar».

Asimismo las palabras literales del doctor Isidoro Leirana, podrían ser traducidas así: «El talento de la OFI, prospera en la invisible soledad del fútbol nacional». Sin olvidar que los sueños y los planes, la fe en sí mismo y la sensación de que uno es digno de confianza – así como el talento – no debería fructificar siempre en esa atmósfera, como en la emergencia surgida dentro de la Junta Dirigente Profesional, decidiendo elaborar un nuevo proyecto de reformas en el fútbol de Uruguay.

A Leirana pocos lo conocían en el ambiente del fútbol profesional de Montevideo, por ello cuando se produjo su llegada a la capital el jueves 11 de julio de 1946, su destino final lo llevaría hasta la avenida 18 de julio 1471, sede del Club de Residentes de San José, lugar elegido para centrar toda la atención de los aficionados del fútbol chacarero. Sin cavilaciones – dos días antes- del Congreso inaugural, el mismo Leirana adelantaba: «La inquietud que vive todo el fútbol del interior, no nos llevará a plantear exigencias en tono airado, sino por el contrario, deseamos compartir nuestros anhelos con los dirigentes capitalinos en plena concordia». Su transmisión tuvo eco rápidamente en algunos medios de prensa de Montevideo, siendo enterado de esta novedad por su infaltable compañero, el sanducero Juan Felipe Márquez.

Al iniciarse la ascensión hacia los primeros planos del fútbol nacional y conociendo -de antemano- los códigos que se iban a emplear en la flamante fundación de la OFI, los delegados de las Ligas del Interior recién llegados a Montevideo se prepararon para cualquier cosa, sin olvidar que el único objetivo era escrutar todas las voluntades posibles e inmunes de todo interés personal. Como adelanto esquematizaron una acción que él mismo anticipó: «Es necesario crear un fútbol del interior trascendente, no sólo en el terreno deportivo sino social y económico.

De forma que jerarquizado al nivel nacional e internacional, hiciese eclosión y la Asociación Uruguaya de Football se integrara con el fútbol del interior; ya que por esa vía se reestructuraría la AUF, y por ende la OFI. Posibilitando así con la causa y efecto de ese proyecto, crear, mantener y fomentar un fútbol desamparado hasta 1946 – por la propia Asociación – y por defecto de la especial integración futbolística del Uruguay «. Pero está harto comprobado que los mismos «asociados de siempre» creen que es quijotesco y milagroso llegar a un atómico fútbol que despierte otras ciencias con conciencias de ORGANIZACION.

Hablando para quienes no comprendieron a la Organización del Fútbol del Interior, en cuanto a su filosofía y búsqueda de crearla, bastaría con recoger este pensamiento: «OFI fue pensada, concebida y estructurada para mejorar y jerarquizar al fútbol del interior, para luego hacer definitivamente grande y permanente al fútbol uruguayo«, definición de un expresidente de la OFI, el Escribano Juan Carlos Fernández Arbenoiz.

 

«La Asociación quiso tener al Consejo Permanente como un organismo de «lleve y traiga». Esa es la realidad de las cosas»

 

PAYSANDU NO SE «JUNTA»

Frente al acontecimiento de la renuncia colectiva de los dirigentes integrantes del ex Consejo Permanente dentro de la AUF, la Liga de Paysandú se dirige a la Junta Dirigente de ésa, enviando una nota de adhesión a los renunciantes y una recomendación por entender que esta actitud no ha sido otra que la que correspondía ante las desconsideraciones y total indiferencia a los problemas del fútbol del interior asumidas por la Junta. Esta nota de la Liga sanducera, como también -otra posterior- de la Liga de Cerro Largo en casi similares términos serían rechazadas por «improcedentes» por la Junta de la AUF, y en consecuencia la Liga de Paysandú cursó una nota pormenorizada y vibrante a todas las Ligas del Interior, haciéndoles saber de los hechos y solicitándoles opinión y pronunciamiento al respecto. La mencionada carta decía así:

«Paysandú, Mayo 29 de 1946.

Señor Presidente de la Liga Departamental de Fútbol.

Señor Presidente:

Tengo el agrado de dirigirme a Ud., en cumplimiento de la resolución del Consejo de la Liga que presido, adjuntándole copia de la nota que la misma dirigió, oportunamente, a la Junta Dirigente de la Asociación Uruguaya de Football, como así también de la respuesta dada por esa autoridad a la nota mencionada. El motivo que determinó a nuestra Liga para el envío de esa nota a la Junta Directiva fue la renuncia colectiva presentada por todos los miembros del Consejo Permanente del Football del Interior, fundamentada en el tratamiento dispensado por la referida Autoridad Dirigente según así resulta de la comunicación y antecedentes remitidos por el organismo dimitente a las Ligas Afiliadas, y que presumimos, también en su poder. La nota aludida, según claramente se desprende de sus términos, expresaba toda nuestra solidaridad con la actitud asumida por los mismos, ya que respecto a su veracidad no caben dudas de ninguna clase como es de pleno conocimiento de todos los dirigentes del football del interior.

Esa nota fue rechazada «por improcedente» por la Junta Dirigente de la Asociación en resolución adoptada por unanimidad. No expresa su escueta resolución si es «improcedente» nuestra solidaridad o si lo son, en cambio, los cargos que se le formulan, también invocados por el Consejo Permanente, sin que la Asociación los haya refutado hasta el momento, como tampoco si la «improcedencia» radica en los términos empleados que hayan podido herir la susceptibilidad de los integrantes de la Junta Dirigente. Con respecto, a lo primero, nuestra solidaridad, entiende el Consejo de la Liga que presido, que se trata de la expresión libre y espontánea de su pensamiento, que constituye un derecho natural, inalienable, base en la que fundamenta nuestra democrática sociedad, por lo que se considera en la más absoluta libertad para expresarlo, por cuanto al hacerlo no lesiona ningún legítimo derecho ajeno. Respecto a lo segundo, cargos formulados a la actitud de la Asociación, entiende también este Consejo, que ello importa el ejercicio de un legítimo derecho de crítica sobre actitudes que no considera justas o convenientes para los intereses del fútbol, repitiendo una vez más algo de lo que tanto se ha dicho en los Congresos realizados, en presencia de delegados de la misma Asociación y a lo que ésta respondió con el más absoluto y rotundo silencio. Si esos cargos no son fundados lo que corresponde es refutarlos y demostrar lo contrario. Y si lo son, deben corregirse en la medida que sea posible, pero nunca encasillarse en la posición de «domines» y rechazarlos con un «úkase» arbitrario, que no condice con los principios de libre examen y no está de acuerdo con la consideración y respeto debidos entre hombres, de los cuales ninguno puede alardear de infalibilidad. Y si son los términos empleados los «improcedentes» -cuya apreciación hará esta Liga con entera libertad de juicio-, lógico parece que los mismos se rechacen, con más o menos energía según la gravedad y hasta si se quiere, que se haga responsable a los firmantes por los «agravios» o las «injurias» inferidas, máxime cuando ellos tienen el respaldo de toda Institución y la responsabilidad personal de quienes la suscriben.

Las consideraciones que preceden, revelarán al señor Presidente y demás miembros de esa Liga amiga, la indignación que ha producido en el seno de este Consejo la actitud incalificable de la Junta Dirigente de la AUF, colmando con ella la desconsideración, que desde años atrás venimos criticando a la mencionada autoridad. Por tales motivos el Consejo de la Liga que presido, ha juzgado conveniente enterar a esa Liga de lo ocurrido y solicitarle en la medida que lo considere conveniente y con entera libertad de juicio, un pronunciamiento sobre el mencionado asunto, como así también si estima que ha llegado el momento para que las Ligas del Interior asuman una actitud conjunta en defensa de sus legítimos intereses, y en caso afirmativo el temperamento que entiende pueda adoptarse para hacer más eficaz la acción.

Agradeciendo de antemano el favor que pueda dispensar a esta solicitud rogándole la más urgente respuesta, aprovecho esta oportunidad para saludar a Ud. y demás miembros con las protestas de mi más elevada consideración y particular estima.

Dr. Isidoro Leirana – Presidente –

Prof. Héctor Bascans – Secretario –

 

«Hay que llegar a una solución con la Asociación, en caso de no acercarnos a un entendimiento, de inmediato, las Ligas del Interior deberán prescindir de Montevideo, pues no es misterio para nadie, que de Montevideo nunca hemos recibido nada…»

 

Jueves 30 de mayo de 1946

PAYSANDU APOYA A SU LIDER

Causó explicable revuelo la decisión de la Asociación Uruguaya de Fútbol, por el cual se había dispuesto devolver a la Liga de Paysandú la nota que la entidad sanducera le remitiera por la renuncia de los miembros del ex Consejo Permanente del Fútbol del Interior, en vista del escaso apoyo que habían recibido de la Asociación. Este hecho motivó los mayores y enérgicos comentarios de censura, porque la AUF era la responsable del «abandono» y de la «falta de consideración» en que se mantenía el fútbol del interior. Los hombres de Paysandú no se explicaban las razones y el sentido de ofensa que había caído para la AUF, sus palabras serenas y correctas que sólo planteaba sus puntos de vista de este asunto. Viernes 31 de mayo de 1946

DECLARACION A LOS ORGANISMOS SIMILARES

La Liga de Fútbol de Paysandú se dirigió a todos los organismos similares del interior, con motivo de la resolución tomada por la AUF, al haber devuelto «por improcedente» su nota; en la que expusieron sus puntos sobre la renuncia colectiva del Consejo Permanente.

JUSTICIA PARA TODOS

La respuesta de las Ligas del Interior fue de total apoyo, considerando que había llegado el momento para la unidad del fútbol chacarero. El propósito fue convocar a todas las Ligas del país para la realización de un Congreso, a fin de tomar una decisión conjunta con respecto a la actitud de la Junta Dirigente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, y los que correspondieren con respecto a la reconquista de las posiciones y prestigios perdidos; procurando la modificación de la estructura orgánica de la AUF, para contemplar los legítimos intereses del interior.

TRIBUNA SALTEÑA CALIENTE

Previo a la realización de esta importante conjunción de fuerzas del interior en Montevideo, se hicieron presentes valiosas opiniones periodísticas que apoyaron el movimiento del fútbol del interior. A continuación, ofrecemos el comentario que al respecto le merecía al prestigioso y hoy desaparecido diario «Tribuna Salteña» de Salto.

Con fecha 4 de julio de 1946, manifiesta lo siguiente :«Hace unos días un diario de la capital al comentar la decidida actitud del fútbol del interior frente a las desconsideraciones de la Asociación y a la necesidad de realizar un Congreso decía: »En ese Congreso deben echarse las bases de la futura Confederación Uruguaya de Fútbol, lanzando por la borda el pesado lastre que representa la tutela de la Asociación donde se desconocen en absoluto los problemas a resolver. Se ignoran así los esfuerzos que se están cumpliendo y sólo procuran ventajas para los clubes profesionales.

El Congreso debe reunirse cuanto antes, pero no en Montevideo lo cual podría considerarse debilidad, sino en una ciudad del interior. Si quieren escucharnos que vayan allá los dirigentes -montevideanos- como también para cualquier gestión de arreglo. Los dirigentes del interior deben estar plenamente convencidos de que tienen absoluta razón y que a la energía conque defiendan su posición deberán el éxito de sus reclamos. Salto comprobó que se eligió Montevideo como sede del Congreso, porque existen facilidades de llegada para los delegados. Resuelta la fecha y la sede del Congreso los delegados del interior deben estar atentos para evitar alguna maniobra de la Asociación, para que nada ni nadie haga variar la firme resolución del interior para obtener el respeto y el camino exitoso que ya recorren las Ligas del Interior «.

Días después y en la víspera de la realización del Congreso Inaugural de OFI , «Tribuna Salteña» comentaría : »El interior debe actuar con energía y sin claudicaciones. Ninguna maniobra, ningún intento debe hacer fracasar al Congreso por parte de los clubes profesionales. Algunos colegas de la Capital manifestaron que el movimiento del interior es contra los actuales dirigentes de la Junta de la AUF. Nada de eso… Es una reacción después de largos años de desatenciones e imposiciones del profesionalismo. Se dijo que el Consejo Permanente del Fútbol del Interior renunció por impaciente. Lo cierto es que los clubes profesionales estaban abocados a la reglamentación del ascenso y descenso, por ello la poca atención … cosa que nunca la hubo y menos últimamente, puesto que la Asociación quiso tener al Consejo Permanente como un organismo de «lleve y traiga». Esa es la realidad de las cosas. Expresan además que algunas notas de las Ligas del Interior mencionan a Montevideo como Capital de un país extraño. No están equivocados. Nosotros siempre pensamos que para Montevideo el Uruguay termina en el río Santa Lucía y no sólo para los problemas del deporte. Consideramos finalmente que el Congreso de las Ligas Afiliadas es el gran paso para poner freno a las desatenciones y falta de respeto de la Asociación, que hasta este momento le debemos llamar: Asociación «Uruguaya de Football».

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba