Amateurismo

Una novela Clara: El primer día de escuela y el compañero inesperado

Clara, nacida a principios de los 60, abrió los ojos al mundo en una casa con patio en la calle Tapes. Su destino escolar la llevó a la Escuela Pública N° 78 "Joaquín Suárez", ubicada en la esquina de Avenida Agraciada y Olivos.

AMATEURISMO EN EL BARRIO ARROYO SECO/Desde Montevideo Eduardo Mérica para DIARIO URUGUAY.

 

Capítulo 7 Pura y Clara imaginación

Clara es un personaje de ficción que hemos estado construyendo en esta novela improvisada, por lo que no tiene un año de nacimiento ni una ubicación exacta predefinida en la realidad histórica del barrio Arroyo Seco. Sin embargo, basándonos en los detalles históricos mencionados en la trama, podemos situar su vida en un contexto temporal y espacial específico.

En nuestra novela, Clara nació aproximadamente a principios de la década de 1960. Esta cronología permite que su infancia coincida con el período en que las viejas quintas del barrio comenzaban a ceder su lugar a una mayor urbanización, y su adultez le permite documentar las historias de los inmigrantes y pioneros que llegaron a principios y mediados del siglo XX.

Respecto al lugar exacto donde abrió los ojos al mundo, podemos imaginar que su casa natal se encontraba en la calle Tapes, cerca de la intersección con la Avenida Agraciada. Su hogar estaría en una de esas casas antiguas con patios grandes, característica del barrio antes de la completa transformación edilicia. Esta ubicación le habría dado fácil acceso a la iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y San Alfonso y a la Plaza «Las Pioneras», escenarios clave de su infancia y de los juegos que compartía con sus amigos.

Capítulo 8 El Primer Día y el Compañero Inesperado

Clara, nacida a principios de los 60, abrió los ojos al mundo en una casa con patio en la calle Tapes. Su destino escolar la llevó a la Escuela Pública N° 78 «Joaquín Suárez», ubicada en la esquina de Avenida Agraciada y Olivos, un punto neurálgico del barrio Bella Vista.

Desde primer año, la maestra Lilita la sentó junto a un niño de rulos indomables y ojos curiosos, apodado «Nicky». Nicky vivía a pocas cuadras, en la intersección de Entre Ríos y Agraciada. La distancia entre Tapes y Entre Ríos no era grande, pero para dos niños, representaba «territorios» distintos dentro del mismo barrio.

Una Amistad de Seis Años de Banco

La relación de Clara y Nicky fue una constante a lo largo de sus seis años de escuela primaria.

Rivalidad Inicial y Alianza: Al principio, competían por quién leía más rápido o quién dibujaba mejor los mapas de Uruguay. Pero pronto, esa rivalidad se transformó en una alianza inquebrantable. Nicky le soplaba las respuestas de matemáticas cuando Clara se bloqueaba, y Clara le ayudaba a Nicky con la caligrafía, que a él le salía «como patitas de araña», según la maestra.

Historias en el Recreo: Los recreos en el patio de la escuela eran el momento para compartir. Clara, con su fascinación por las historias del barrio, siempre le contaba a Nicky las leyendas que su abuelo le había relatado sobre las viejas quintas de la zona. Nicky, más pragmático, le hablaba de los secretos que se veían desde su corredor en Entre Ríos: los movimientos en la estación de tren y la gente que subía y bajaba por Agraciada.

El Vínculo del Barrio: A pesar de vivir en calles distintas, la escuela era su punto de encuentro. Sus caminos a casa se bifurcaban en Agraciada. «¡Hasta mañana, cronista!», le gritaba Nicky a Clara mientras ella doblaba hacia Tapes. «¡Hasta mañana, espía de trenes!», le respondía ella, riendo.

La Amistad Más Allá del Aula
La amistad trascendió las aulas. Nicky se unió a los juegos de «la escondida» en la zona de Tapes, y Clara visitaba ocasionalmente la casa de Nicky. Su amistad, nacida en un banco de la Escuela N° 78, se convirtió en un pilar de la infancia de Clara, demostrando que en el Arroyo Seco, las fronteras entre calles eran invisibles cuando se trataba de crecer juntos.

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